Si haces ejercicio con frecuencia, probablemente te habrás cruzado con
algunos mitos que hay acerca de mantenerse en forma. Antes de que te los creas
todos y termines haciendo algo que no funciona para tu rutina de ejercicios,
infórmate. Acá te contamos sobre tres mitos comunes sobre el ejercicio. No te
dejes engañar por los rumores.
Que si no
sudas no vale. Que si haces ejercicio por la noche es mejor. Que no hay
que estirar los
músculos antes del ejercicio. Que está mal hacer ejercicio dos horas antes de irse
a dormir. Que levantar pesas impide el crecimiento. ¡Cuántos mitos sobre el
ejercicio! Todos surgen de que alguien le dijo a alguien, y ese otro alguien te
lo dijo a ti. Pero antes de que te comas el cuento entero sobre algunas
creencias sobre el ejercicio y de que pongas en práctica estos mitos que pueden
ser inofensivos o hacerte daño en serio, infórmate.
Es necesario
que entiendas que todas las personas reaccionamos diferente al ejercicio. Así
que lo que puede funcionar y ser verdad para tus amigos, puede no funcionar
para ti. Y si no funcionan para ti pueden causarte frustración o generar falsas
expectativas.
¿Te parece si
damos un recorrido por algunos de los mitos más comunes acerca del ejercicio?
Toma nota:
Mito 1: “Si el cuerpo no te duele mientras haces ejercicio, es que no estás haciendo suficiente”.
¡Mentira! Esa idea de que sin dolor no hay ganancia, no tienen ningún fundamento. Al contrario, si haces los ejercicios de la manera correcta, el cuerpo no tiene por qué doler. Si te duele, es una de dos: lo estás haciendo mal o tienes alguna lesión. Si mientras estás haciendo ejercicio sientes dolor, para y descansa hasta que no te duela. Si el dolor no se va, o si se vuelve más intenso, consulta con tu médico.
Lo que sí es
normal es sentir un poquito de dolor al otro día o dos días después de hacer
ejercicio, pero no hasta el punto de que te impida funcionar normalmente. No te
excedas con el ejercicio, una sesión de ejercicio moderado de 40 a 60 minutos
al día, es una medida perfecta para un adulto saludable, depende de tu
condición física y lo que estás acostumbrado a hacer.
Mito 2: “Comer más proteínas ayuda a tener músculos más grandes”
Para derribar este mito hay que entender qué es lo que realmente se necesita para incrementar la masa muscular. Uno de los requisitos es usar pesas para crear más resistencia de la que los músculos están acostumbrados. La otra, es comer más calorías de las que quemas. Y ya sé, es fácil creer en las modas de las dietas con alto contenido de proteínas, pero la realidad es que según la American Dietic Association, los músculos necesitan de todos los nutrientes por igual para desarrollarse. Es decir, carbohidratos, proteínas y grasas. Por eso, lo mejor para tener los músculos que quisieras desarrollar, es llevar una dieta sana y balanceada, combinada con ejercicio cardiovascular y pesas. ¡No te dejes vender la idea de que sólo las proteínas son buenas para el músculo! Puedes terminar perjudicando a tu organismo si lo privas de los otros nutrientes que necesitas.Mito 3: “Como no puedo ir todos los días al gimnasio y hacer ejercicio intenso, entonces mejor no hago nada”
Este es probablemente el mito más común de todos, porque sin duda tiene un componente inmenso de pereza y falta de voluntad. Recuerda que hacer algo de ejercicio es mejor que no hacer nada.
Así que si tu
excusa es falta de tiempo para ir al gimnasio, busca otra. Primero, porque para
hacer ejercicio no es tienes que ir al gimnasio, ya que existen otras formas de
ejercitarte al aire libre como caminar, correr, nadar o andar en
bicicleta. Y segundo, porque la regla general dice que si quieres perder peso o
simplemente mantenerlo, debes hacer de 30 a 45 minutos de ejercicio
cardiovascular 4 o 5 veces a la semana y puedes distribuirlos a lo largo del
día. Además, si no puedes hacer esto, puedes al menos caminar 15 minutos al
día, y esto hará una gran diferencia. En resumidas cuentas: no tienes que
matarte en el gimnasio para estar en forma, puedes buscar otras formas de
actividad física durante el día.
Y no es por
ser insistente, pero la realidad es que “querer es poder”. Si lo piensas, 45
minutos al día no es tantísimo tiempo. Puedes levantarte 45 minutos más
temprano y darle ese regalo a tu salud. O llegar a casa 45 minutos más tarde e
irte a dormir satisfecho(a) y contento(a) de haber hecho algo bueno por tu
salud.