Comer hasta “limpiar el plato”, frente al
televisor o a toda prisa, son malos hábitos fáciles de adquirir y difíciles de
romper, especialmente si los llevas practicando toda la vida. Quizás sean ellos
los responsables de que no puedas perder peso. Aunque te cueste, debes hacer un
esfuerzo por cambiarlos para que el próximo hábito que adquieras sea el de
comprar ropa en una talla mucho más pequeña.
Lo haces sin darte cuenta: te sirves la cena y
la comes mientras ves la novela de las 8. O simplemente, te saltas una comida
si tienes algo urgente que hacer consolándote con que ya comerás más tarde.
¡Luego no te quejes de que no puedes perder peso! Verás cómo desaparecen esas libras (esos
kilos) extra una vez que vayas corrigiendo estos hábitos tan negativos.
1. Comer a toda marcha. Los que comen sin parar entre un bocado y
otro y como si se les fuera a ir el último tren, tienden a comer más y eso
significa más calorías. Para reemplazar
este mal hábito, proponte, en primer lugar, convertir el almuerzo o la cena en
una experiencia agradable. “Viste” la
mesa, aunque sea con un individual sencillo, una vajilla bonita y tus mejores
cubiertos. Después de todo, no hay otro comensal más importante que tú. Tómate
tu tiempo para saborear cada bocado. Cuando masticas pausadamente, el cerebro
tiene más tiempo para registrar la sensación de saciedad. La idea es sentirte
llena con menos cantidad de comida.
2. Comer mientras te distraes con otras
actividades: frente a la computadora o revisando el correo. Si no estás
concentrado en la actividad fundamental que es alimentarte, con seguridad
comerás más de lo debido. Sustituye esa
mala costumbre sirviéndote una sola vez y prestando atención a las
porciones. Aprende a dividir tu plato en
secciones para incorporar proteínas, granos, frutas y vegetales , en cantidades
moderadas. Evita sentarte a comer frente a la televisión o la computadora
mientras tu mente “vuela”. Si no puedes evitarlo y te cuesta cambiar este
hábito, sírvete un tazón de palomitas de maíz (sin mantequilla), que tiene
pocas calorías.
3. Comer para calmar el estrés o matar el
aburrimiento. Come o merienda solamente
cuando tengas hambre. Si te sientes ansioso(a) y necesitas comer algo para
calmar los nervios, ten a la mano una merienda saludable (yogur, o una fruta).
Coloca una alcancía sobre el escritorio (o un sobre en una de las gavetas de la
cocina). Cada vez que puedas superar un antojo o una de estas urgencias falsas,
coloca un billete o una moneda como premio. Así podrás comprarte algo que te
guste mucho y tendrás un incentivo para animarte y ayudarte a vencer las
tentaciones.
4. Limpiar el plato. Muchas personas siguen
comiendo hasta terminar hasta el último grano aún cuando se sientan repletas. Y
es que a muchos nos han enseñado desde pequeños que es malo desperdiciar
comida. Y como en realidad botar comida no es bueno, ¡haz caso y no te sirvas
más de lo que vayas a comer! Aunque el plato te encante y sea tu favorito,
recuerda que la moderación al servirte es lo que te permitirá perder peso sin
pasar hambre ni privarte de tus comidas favoritas.
5. Comer carne siempre como plato principal. La carne es una excelente fuente de
proteínas, pero no es la única. Disminuye la frecuencia con la que comes o
sustitúyela por otras fuentes, como la soja (soya) o los frijoles (arvejas,
habichuelas) varias veces a la semana. También puedes reducir la cantidad:
sírvete una abundante ensalada mixta con trocitos de pollo o carne a la
parrilla.
Acostúmbrate a planear tus comidas, ya sea en la mañana o la noche anterior, para que no tengas que improvisar durante el día y cometer errores.Muchas veces, hacemos cosas automáticamente, sin pensar ni darnos cuenta de que nos perjudican, como los malos hábitos que hemos enumerado. Si los vas cambiando poco a poco, irás transformando tu manera de comer, perderás peso y reducirás tus medidas. ¡Haz la prueba!
Consejos Gratis para Perder de Peso...Click Aqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario